La maternidad subrogada quizás sea la forma de esclavitud más sofisticada y atroz inventada por la modernidad, en la cual los medios de comunicación cuando se trata de personas famosas la publicitan y enaltecen como actos de amor, cuando en realidad, estamos frente a una modalidad de esclavitud astutamente envuelta por el sueño de la maternidad cumplida. La maternidad subrogada no existe, lo que existe es el alquiler de mujeres para que gesten hijos para terceros bajo unos contratos abusivos, que demandan la renuncia a la filiación de los hijos que las mujeres gestan y paren. No hay solidaridad alguna en esta práctica, o al menos no en la actualidad, por ello el día en que se vea a una mujer rica, hacer de portadora en útero para una mujer pobre, estéril, entonces podría admitirse que este procedimiento sea solidario. Surge un planteo ineludible ¿todo es susceptible de ser comprado y vendido? No hay padres, sino un contrato sujeto a derecho mercantil cuyo objeto final es un ser humano recién nacido, la creación de un derecho adecuado a los caprichos y exigencias de quién posee dinero, todo ello amparado en la feminización de la pobreza.