Todos, creamos o no creamos en Dios, somos permanentemente estimulados por la Consciencia Universal a despertar frente a Ella. Nuestro arreglo de moléculas de vida, arreglo ADN, tiene la capacidad de demodular o decodificar los pensamientos primordiales por resonancia, por sobre-vibración de la estructura de Consciencia Universal de la que nuestra trinidad alma-mente-cuerpo es parte. La consciencia no reside en el arreglo biológico humano. El proceso SER HUMANO excita la Consciencia Universal. Dios es la dimensión de la Consciencia Universal hacia la que evolucionamos los seres humanos. No importa si se cree en Dios o no, pero hablar de Él es hablar de nuestro origen, el que sea; es hablar del proceso energético real, innegable, del que somos resultado y del que tenemos su información en nuestro propio arreglo energético. Así, teniendo la información del proceso ORIGEN en nuestra estructura trinitaria alma-mente-cuerpo que nos establece, define y sustenta como proceso SER HUMANO, es inevitable que tarde o temprano "despertemos" frente a esa información, a la presencia de Dios que está en el arreglo de las moléculas de vida, de las moléculas ADN que conforman el colosal sistema de resonancia con el que interactuamos con la dimensión Madre/Padre del proceso ORIGEN, de la estructura de la Consciencia Universal de la que provenimos y que se recrea a través de la especie humana universal, no sólo la de la Tierra. El llamado, la estimulación a nuestro "despertar", tiene lugar a través de un pensamiento que proviene de la Consciencia Universal, y nuestro "salto" o trascendencia a otra dimensión de Ella, de la Consciencia Universal, sólo puede tener lugar por nuestra interacción íntima con Ella a partir de ese llamado. Cualquiera que haya sido el mecanismo energético por el que llegamos a esta manifestación temporal en la Tierra, tenemos la información del proceso ORIGEN en nuestro arreglo energético que nos establece, define y sustenta como proceso SER HUMANO, en su componente esencial, primordial: en el alma. El alma es un estado de pulsación, de vibración del manto energético en el que estamos inmersos al que responde nuestro arreglo de moléculas de vida, de moléculas ADN. En el arreglo, en la distribución espacio-tiempo de nuestras moléculas ADN tenemos la información para desarrollar nuestra capacidad racional para establecer y sostener las interacciones de nuestra identidad cultural temporal con el alma a partir del reconocimiento del pensamiento primordial que nos estimula desde el proceso ORIGEN. Nuestra alma, siendo parte de la estructura primordial que nos establece y sustenta como una manifestación temporal del proceso SER HUMANO eterno, reconoce el pensamiento del proceso ORIGEN del que provenimos y es parte inseparable; y cuando la identidad cultural temporal del proceso SER HUMANO está lista, responde a ese reconocimiento del alma. Visualizaremos la conexión energética real que nos permite la interacción por la que resulta la consciencia de Dios a partir de ese reconocimiento. La visualización del proceso ORIGEN del ser humano y de la vinculación energética que tenemos con él, eterna, inseparable, depende de nuestro reconocimiento de la estructura de pulsación, de vibración en el manto energético en el que estamos inmersos. Nuestra trinidad energética que sustenta el proceso SER HUMANO es un sub-espectro de la TRINIDAD PRIMORDIAL. La ESTRUCTURA TRINITARIA es la Trinidad Padre, Hijo, Espíritu de Vida de la Teología Cristiana. Reconocemos las estimulaciones primordiales, respondemos a ellas, e interactuamos con la dimensión Madre/Padre de la Consciencia Universal, a través de nuestro arreglo de moléculas ADN. Compartimos con Dios un sub-espectro del arreglo ADN primordial.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.