La elaboración de este tipo de alimentos, con potencial para incluirse en el grupo de los llamados alimentos funcionales , requiere de una investigación orientada a la determinación del tiempo de vida útil, la estabilidad de sus constituyentes y su posible acción antioxidante, así como su validación de seguridad y de actividad biológica en ensayos con voluntarios sanos e incluso en estudios clínicos. Con este fin, tomamos como punto de partida la calidad nutricional del zumo de limón, que independientemente de la variedad o la cosecha, supone el aprovechamiento de un excedente de producción de alto valor nutritivo, que de otra manera se convertiría en residuo orgánico. Para conseguir un mayor atractivo en las características organolépticas y mejores propiedades beneficiosas para la salud, se pensó en combinarlo con bayas de maqui, fuente natural de compuestos bioactivos entre los que destacan los antocianos. Esto supone un beneficio doble: por un lado se aprovechan los compuestosbioactivos de ambos tipos de frutas y por otro, se emplea el bajo pH natural del limón para estabilizar el color que le confieren lo antocianos de los frutos rojos.