Los dispositivos termoeléctricos aprovechan los efectos Seebeck y Peltier para convertir directamente las diferencias de temperatura en energía eléctrica y viceversa, ofreciendo una solución única para la generación de energía y la refrigeración en estado sólido. Estos dispositivos se basan en materiales con un alto rendimiento termoeléctrico, que depende de la optimización de la conductividad eléctrica, la conductividad térmica y el coeficiente Seebeck. La ausencia de piezas móviles hace que los dispositivos termoeléctricos sean fiables y respetuosos con el medio ambiente, adecuados para aplicaciones que van desde la recuperación de calor residual en entornos industriales hasta la refrigeración de precisión en dispositivos electrónicos y médicos. A pesar de su potencial, es necesario abordar problemas como el coste y la eficiencia de los materiales para hacer realidad su promesa en las tecnologías energéticas sostenibles.
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