Como moneda internacional por excelencia durante los últimos 70 años, el dólar está bajo el control de un solo país, lo que parece preocupante para muchos observadores. Más grave aún, nos dicen, es que este país, Estados Unidos, es el mayor deudor del mundo. Pero el dólar no está a punto de perder su influencia mundial por una sencilla razón: no hay una moneda sustituta. Ni el euro, ni el yuan chino ni la rupia india pueden sustituir al dólar como moneda internacional. El único escenario que podría alterar radicalmente la situación del dólar sería que la administración estadounidense adoptara políticas económicas tan desastrosas que destruyeran definitivamente cualquier confianza en su valor. Además, la Reserva Federal tendría que mostrarse impotente para frenar una subida brusca y continuada de los precios en Estados Unidos.
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