"Drácula", la célebre obra de Bram Stoker publicada en 1897, se erige como un pilar del género gótico y de horror. Este relato, narrado a través de diarios, cartas y recortes de prensa, explora la intriga y el temor asociado al conde vampiro, Drácula, mientras este acecha a sus víctimas en un contexto victoriano que cuestiona la moralidad y la sexualidad. Stoker utiliza un estilo epistolar que genera una inmersión profunda en la angustia de los personajes, al tiempo que proporciona una visión multifacética de sus experiencias. La obra se sitúa en una época de gran transformación social, marcada por el avance científico y la expansión imperialista, reflejando tensiones sobre el moderno ideal victoriano frente a lo sobrenatural. Bram Stoker, un escritor irlandés y dramaturgo, se vio influenciado por su entorno y experiencias personales, incluyendo su fascinación por el folclore y la mitología, así como su interés en el teatro. Su vida estuvo marcada por un contacto cercano con figuras prominentes de la literatura y el arte, lo que, junto con su amor por el horror, le permitió dar vida a uno de los personajes más emblemáticos de la literatura. Stoker estuvo inspirado por el mito del vampiro, un tema que había comenzado a resonar en la cultura popular europea. "Drácula" es una obra maestra que trasciende su época y género, ofreciendo una exploración profunda de los miedos y las pasiones humanas. Recomiendo fervientemente su lectura, tanto por su complejidad narrativa como por su rica simbolización de la lucha entre el bien y el mal, lo racional y lo irracional. Este clásico resuena hoy más que nunca, invitando al lector a reflexionar sobre sus propios temores y los límites de la humanidad.