Los problemas ambientales no son nuevos, pero están teniendo una importancia creciente por el deterioro ambiental, como consecuencia de una precaria armonía de convivencia entre los seres vivos y sus formas de vida. Frente a la crisis que esto genera se provoca, indudablemente, surge una necesidad de cambio en los estilos de vida; desde esta perspectiva, la educación como un instrumento de transformación social, es un camino viable para generar cambios favorables frente a los conflictos ambientales, no solo creando conciencia, sino que facilitando el espacio de formación para personas intrínsecamente conscientes de los daños ambientales y de las posibilidades de solucionar problemas al respecto. La educación es esencial para formar sujetos conscientes del ambiente en el que habitan, así el desarrollo de experiencias de aprendizaje que propicien el aprendizaje de actitudes, instaurando valores y habilidades, es fundamental para cimentar estilos de vida sustentables y sostenibles.