Los humanos nos constituimos como seres sociales a partir de las interacciones que tejemos en la convivencia con la alteridad. El hombre es un generador permanente de imaginarios, conceptos y prácticas que posibilitan el enriquecimiento y la transformación de la vida democrática, sus vivencias son el resultado de las diversas relaciones dentro del colectivo social. A partir de sus experiencias cotidianas en el contexto al que pertenece, el hombre va construyendo la cultura. Tanto en su origen como en sus bases materiales y energéticas, el hombre se identifica no solo con el resto de los seres vivos, sino con los mismos elementos físicos del entorno. Se reúne en este trabajo un conjunto de ensayos, que se articulan alrededor de la discusión sobre la necesidad de la interacción e integración de los temas relacionados con la educación y sus aportes al desarrollo de la cultura para la convivencia en democracia, desplegada en escenarios ambientales humanizados.