La educación, centrada especialmente en la formación del carácter, es especialmente pertinente en nuestra era de la posverdad, que se caracteriza por un aumento cada vez mayor de la decadencia moral y el vacío espiritual y existencial. El sector educativo no está libre de esta crisis, de ahí la necesidad de llevar a cabo esta investigación. La formación del carácter es vital, no sólo por parte de los alumnos, sino también por parte de los profesores. El pensamiento educativo de Buber transmite la idea del hombre como ser dialógico o relacional. De este modo, Buber considera al ser humano básicamente como un ser que se relaciona y comparte, más que como una criatura egoísta, autorrealizada, individualmente creativa o simplemente orientada a la sociedad. La existencia humana se construye mediante un entramado de relaciones humanas diversas, interactivas, sociales y educativas, que vivifican, profundizan y realizan el crecimiento individual. En el ámbito educativo, dicha relación se basa en la confianza entre el profesor y el alumno y se actualiza a través del principio "Yo-Tú" del diálogo. De ahí el argumento principal del libro de que la educación no puede ayudarnos mientras no conceda un lugar a la formación del carácter.
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