Es común escuchar noticias sobre la violencia que impera en nuestras sociedades. En nuestras aulas los problemas comunes a los que se enfrentan nuestros alumnos son el bullying y el uso indiscriminado de las drogas; lo peor de esto, es que estas situaciones ya no causan asombro, estamos tan acostumbrados a ellas que se ven como parte del paisaje natural. La mayoría de estos problemas son causados por la educación individualista y competitiva que se enseña en nuestras aulas. Y resulta increíble ver que los principales promotores de cambios, padres de familia y maestros, nos reducimos a ser simplemente espectadores. Si queremos cambiar estas situaciones, necesitamos sumar micro luchas, pugnando por una educación de cooperación, de respeto y apoyo a la diversidad, una educación para todos. En las páginas de este libro se encuentra la forma en que se puede trabajar para una educación para todos, las características y beneficios de una educación incluyente, de los cambios que se tienen que realizar en las prácticas educativas y el currículo, del papel que nos toca representar a padres de familia y maestros, y así poder crear mejores sociedades.