En la India, la consecución de la Educación para Todos se enfrenta a numerosos obstáculos. El acceso a la escolarización sigue siendo limitado, sobre todo en las comunidades rurales y marginadas, debido a la pobreza, las infraestructuras inadecuadas y las barreras culturales. A pesar de la mejora de las tasas de matriculación, la calidad de la educación se ve comprometida por factores como la formación insuficiente de los docentes, la obsolescencia de los planes de estudio y la escasez de recursos. Persisten las disparidades de género, y las niñas se enfrentan a menudo a obstáculos sistémicos a la educación, como el matrimonio precoz y problemas de seguridad. La educación inclusiva para niños con discapacidades y de entornos marginados se ve obstaculizada por infraestructuras inadecuadas y prácticas discriminatorias. Los problemas de aplicación de las políticas, como la asignación ineficiente de los recursos y la falta de rendición de cuentas, obstaculizan aún más el progreso. Además, el cambio hacia el aprendizaje digital exacerba las desigualdades, ya que muchos estudiantes carecen de acceso a la tecnología y a la conectividad a Internet. El refuerzo de la formación profesional y la inversión en la formación del profesorado son cruciales para mejorar los resultados educativos. Abordar estas cuestiones requiere reformas integrales, una asignación equitativa de los recursos y una educación de calidad para todos en la India.
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