En la actualidad existen varias condiciones patológicas que demandan anticoagulación durante su tratamiento y prevención de complicaciones a larga data: cardiológicas, hematológicas, neurológicas entre otras. La warfarina es el fármaco anticoagulante oral arquetipo para dicha función. Este fármaco actúa sobre la coagulación al inhibir los factores de la coagulación dependientes de la vitamina k. Dependiendo de la patología y el estado del paciente se ha estimado el grado de anticoagulación necesario en el paciente para evitar eventos tanto isquémicos como hemorrágicos. Se estima que el rango terapéutico adecuado para valorar es el International Normalized Ratio (INR) cuyo rango es 2 - 3 en la mayoría de las condiciones.