La Madre Divina es la conciencia diferenciada de Dios Personal, bajo la forma del universo, que en su esencia espiritual se manifiesta como Amor Divino al corazón de sus hijos y devotos. Ella en sí misma es Infinita, pero puede ser conocida cuando el alma propia se entrega totalmente a Ella; pues entonces se recibe Su gracia, que es Infinita. La experiencia de Dios Personal, es el límite último del pensamiento corpóreo. Detrás de cada sonrisa de amor, detrás de cada madre humana entregada al tierno cuidado de sus hijos, detrás de cada perdón, detrás de todos los sentimientos sinceros de la Humanidad, está siempre presente el corazón de nuestra Madre Divina. El otro aspecto de Dios, lo Inmanifestado, trasciende completamente al pensamiento corpóreo. No existe ni espacio, tiempo ni causalidad en Él, todo es Existencia, Conciencia y Bienaventuranza puras. Este aspecto del Ser Divino corresponde con la Inteligencia Pura. Es precisamente este aspecto de Dios, el que se ha manifestado como el universo mediante la energía de la Madre Cósmica. Esta conciencia pura, indiferenciada de Dios, es conocida bajo el sagrado nombre de Padre en la cultura cristiana y de Brahmán en la India.