Nuestro Dios es Padre y como tal quiere que sus hijos tengan lo mejor y sean hombres de bien, que sepan tener gobierno sobre todo lo que ha puesto en sus manos. Desgraciadamente el hombre es un ser caído, y aunque se haya convertido a Cristo, su vieja naturaleza y los patrones aprendidos en el mundo luchan a capa y espada por gobernar su vida. Por esta razón Dios tiene que tratar con él de disímiles maneras para que no se pierda y cumpla con el plan y propósito por los cuáles está sembrado en la tierra. En muchas ocasiones usa el quebrantamiento para doblegar su orgullo y se vuelva de sus malos caminos. El objetivo de Dios es tener una familia en la cual volcar su amor y su presencia. Para esto está buscando un grupo muy especial de persona, estos son los adoradores. Tenemos que tener bien claro que no es para una élite de líderes. Dios está buscando gente que sean capaces de adorarle sean cuales sean sus circunstancias, porque el adorador no puede hacer otra cosa que adorar.
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