El alcoholismo constituye, sin lugar a dudas, un grave problema social por lo requiere un tratamiento multidisciplinario que permita obtener una visión integral sobre su incidencia, manifestaciones fundamentales y efectos sobre la sociedad. De este modo, debe ser atendido tanto desde el punto de vista médico, sociológico, jurídico y, sobre todo psicológico; debido a que es necesario comprender y actuar sobre los mecanismos psicológicos que llevan a una persona a depender física y emocionalmente del alcohol.