Más allá del estudio de una institución jurídica relativamente joven, como lo es la compensación por desequilibrio, esta obra nos ofrece un absoluto retrato de familia. Es en rigor, la búsqueda del retorno al arte jurídico, a la observación de la Naturaleza y en última instancia, el descubrimiento del Derecho como manifestación fenomenológica de lo íntimo frente a lo colectivo; se trata en suma, de un estudio acerca de la fenomenología familiar. Con gran ambición, explora y conjuga distintas dimensiones de las dinámicas familiares y sociales, echando mano fundamentalmente a la historia, la biología, la psicología, la economía y la filosofía; revelando que las interacciones familiares más allá de simples hechos susceptibles de regulación, han de entenderse en sí como un proceso dinámico que da su propia forma a las reglas, las mismas que condicionan y fundamentan contextos normativos distintos, cuya pugna, se puede afirmar; equivale a la que libran el Derecho y la Política. Esta obra más que de la familia, habla del hogar al que todos pertenecemos. De aquel Derecho tanto íntimo, privado, único e irrepetible, como aquel que es común y universal para todos.