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A comienzos del siglo XVI, hubo una sociedad en el sur de Cuenca levantada y fundada en el valor del trabajo y el mérito personal. Un mundo en el que cada hombre respondía por sus dichos y sus hechos. Sociedades pobres en población y recursos que venían de la guerra y la rapiña del siglo XV. De pronto, el milagro, hombres con sus azadones roturando las tierras, guerreros convertidos en mercaderes o empleándose como labradores para salir adelante. Vascos y cántabros que bajaban a la llanura manchega a alzar, como canteros, nuevos pueblos, zamoranos venidos a vender sus paños, conversos que…mehr

Produktbeschreibung
A comienzos del siglo XVI, hubo una sociedad en el sur de Cuenca levantada y fundada en el valor del trabajo y el mérito personal. Un mundo en el que cada hombre respondía por sus dichos y sus hechos. Sociedades pobres en población y recursos que venían de la guerra y la rapiña del siglo XV. De pronto, el milagro, hombres con sus azadones roturando las tierras, guerreros convertidos en mercaderes o empleándose como labradores para salir adelante. Vascos y cántabros que bajaban a la llanura manchega a alzar, como canteros, nuevos pueblos, zamoranos venidos a vender sus paños, conversos que levantaban arrabales, donde ejercían sus oficios artesanales, carreteros de la sierra que traían las maderas necesarias para las casas, gente del común que explotaba como renteros las tierras, que lo de jornal se despreciaba, como muestra de sumisión no aceptada por el orgullo y el deseo de ser libre. Y, sin embargo, el brutal y rápido crecimiento trajo una legión de desheredados: el pequeño agricultor que no tenía suficientes ingresos se empleaba presto a desempeñar sus servicios para otros, muchos deambulaban por los pueblos al acabar la vendimia o siega e improvisaban trabajos manuales para sobrevivir, algunos hidalgos se tragaban el orgullo e iban a los montes en busca de leña para vender, llevada en burros y andando tras ellos, una humillación para un hidalgo de la época. Finalmente, todas las contradicciones estallan.