El libro analiza las metodología que se proponen en el aprendizaje de la música. La perspectiva del trabajo se orienta estudiar las formas activas en la adquisición de las destrezas musicales y el papel que asume el profesor en su calidad de animador y promotor de los aprendizajes, tanto prácticos como teóricos. Se hace una mención especial a la participación activa del alumno en la adquisición de las habilidades musicales y se cuestiona el supuesto talento entendido como cualidad innata. Por el contrario, se enfatiza el aprendizaje consciente e intencional del estudiante, el trabajo y más trabajo en la adquisición y el dominio de las virtudes musicales. En cuanto al educador, se le ve como un orientador, el músico formado capaz de apoyar y provocar avances en el alumno. Para remarcar la perspectiva, se revisa la Europa saliente del medioevo, el comienzo de la industrialización, los músicos de ese tiempo; el objetivo es recrear el ambiente de Wolfgang Mozart, las condiciones sociales donde tuvieron lugar sus tareas de aprendizaje realizadas durante su niñez y juventud. Mozart también fue un gran estudioso, no de escuela, sino de la realidad y la práctica musical.