Como es sabido, en los últimos años, son números los estudios sobre el papel que el autoconcepto desempeña en la conducta y la influencia de éste a nivel familiar, físico, social, afectivo y académico. Así atender a las percepciones que los estudiantes tienen de sí mismos parece crucial en el desarrollo del aprendizaje escolar y éstas se deben tener en cuenta a la hora de proyectar la práctica educativa. El protagonista principal del acto educativo es el alumno, según Vera y Zebadúa (2002) el autoconcepto se considera una necesidad humana profunda y poderosa, básicamente para una vida sana y bienestar general. Este autoconcepto hay que fomentarlo desde bebés e ir trabajándolo a lo largo de la vida tanto en la escuela como en el ámbito familiar. Por eso, este libro recoge un estudio descriptivo de la percepción que tienen los niños de 3 a 6 años de su autoconcepto en relación con el género. Este análisis resulta muy útil para los profesionales del campo de la educación y psicólogos, pedagogos e incluso para los padres ya que nos ayuda a ver el nivel de autoconcepto que tienen los niños en estas edades y si éste es bajo mejorarlo y trabajarlo con el propósito de ayudarlo.