Durante los años ochenta, comenzó a cambiar la idea de qué es un negocio. Muchas empresas aprendieron a ver todos los negocios como un proceso, es decir, una serie de transacciones que deben responder a las necesidades del consumidor. Y esa serie de actividades, comprendieron los empresarios, debe mejorarse constantemente recurriendo al proceso de medición y comparación conocido como Benchmarking. Benchmarking es una herramienta que sirve para identificar, comparar y aprender de aquellas organizaciones reconocidas como las mejores en su clase. Para que una implementación tenga éxito es necesario que la empresa reconozca la necesidad de mejorar un proceso, así como identificar las oportunidades de mejora para llevar a cabo el mismo. Para ser competitiva una empresa debe comprender a su competencia, así como cuestionar la forma en la que la misma realiza sus actividades, esto se lleva a cabo de mejor manera adoptando nuevas ideas y prácticas del exterior. De este modo una búsqueda externa de información ha demostrado ser un enfoque poderoso para garantizar la competitividad a largo plazo.