Toda reflexión sobre el mundo -sea ciencia, religión, filosofía, mito- busca lo mismo (la explicación del mundo) y, más importante todavía, esa reflexión generalmente encuentra lo mismo, solo que el lenguaje en que se explicita ese hallazgo es diferente en cada caso; pero todos hablan de lo mismo. La ciencia habla con el discurso de la razón, mientras que el mito habla con el discurso de la imaginación; la filosofía habla con el discurso de la reflexión, en cambio la religión lo hace desde el discurso de la revelación.