Se ha observado que el cambio de uso de la tierra, como la conversión de tierras agrícolas en urbanas, podría afectar al clima y, a largo plazo, provocar un cambio climático. Por otra parte, los cambios en el clima pueden hacer que el ser humano tenga que cambiar la forma en que se utiliza la tierra, por ejemplo, si las lluvias son cada vez menores, esto podría dar lugar a la producción de cultivos que puedan soportar la sequía y, por lo tanto, a cambios en los tipos de cultivos o incluso en los animales que se crían. Por lo tanto, el clima afecta a la utilización de la tierra y la utilización de la tierra afecta al clima y, por lo tanto, es necesario mantener un equilibrio y contar con prácticas de utilización de la tierra que sean adecuadas para mitigar el cambio climático.
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