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La experiencia de Miguel de Cevantes como autor teatral le causó no pocos sinsabores. Inciada en un momento (finales del XVI) en el que las formas teatrales y el favor del público estaban en pleno cambio, coincidió en su final con el ascenso de Garcilaso de Vega que vino a eclipsar todo el teatro anterior. Y sin embargo, Cervantes hizo no poco por la escena de la época, como él mismo reconoció: >. Con Numancia intentó dar a España un teatro digno de las tragedias griegas, y por su tono y la grandeza de…mehr

Produktbeschreibung
La experiencia de Miguel de Cevantes como autor teatral le causó no pocos sinsabores. Inciada en un momento (finales del XVI) en el que las formas teatrales y el favor del público estaban en pleno cambio, coincidió en su final con el ascenso de Garcilaso de Vega que vino a eclipsar todo el teatro anterior. Y sin embargo, Cervantes hizo no poco por la escena de la época, como él mismo reconoció: << fui el primero que representase las imaginaciones y los pensamientos escondidos del alma>>. Con Numancia intentó dar a España un teatro digno de las tragedias griegas, y por su tono y la grandeza de los hechos representados logró, efectivamente, la más vigente de las tragedias de los Siglos de Oro.
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Autorenporträt
José Carlos Mariátegui nació en La Chira (Moquegua) el 14 de junio de 1894 y murió en Lima el 16 de abril de 1930. "Aunque soy un escritor muy poco autobiográfico, le daré yo mismo algunos datos sumarios. Nací el 95. A los 14 años entré de alcanza-rejones en periódico. hasta 1919 trabajé en el diarismo, primero en "La Prensa", luego en "El Tiempo", finalmente en "La Razón". En este último diario patrocinamos la reforma universitaria. Desde 1918, nauseado de política criolla me orienté resueltamente hacia el socialismo, rompiendo con mis primeros tanteos de literato inficionado de decadentismo y bizantinismo finiseculares, en pleno apogeo. De fines de 1919 a mediados de 1923 viajé por Europa. Residí más de dos años en Italia. donde desposé una mujer y algunas ideas. Anduve por Francia, Alemania, Austria y otros países. Mi mujer y mi hijo me impidieron llegar a Rusia. Desde Europa me concerté con algunos peruanos para la acción socialista. Mis artículos de esa época señalan estas estaciones de mi orientación socialista. A mi vuelta al Perú, en 1923, en reportajes, conferencias en la Federación de Estudiantes, en la Universidad Popular, artículos, etc., expliqué la situación europea e inicié mi trabajo de investigación de la realidad nacional, conforme al método marxista. En 1924 estuve, como ya lo he contado, a punto de perder la vida. Perdí una pierna y me quedé muy delicado. Habría seguramente ya curado del todo con una existencia reposada. Pero ni mi pobreza ni mi inquietud espiritual me lo consienten. No he publicado más libros que el que Ud. conoce. Tengo listos dos y en proyecto otros dos. He aquí mi vida en pocas palabras. No creo que valga la pena hacerla notoria; pero no puedo rehusarle los datos que Ud. me pide. Me olvidaba: soy un autodidacta. Me matriculé una vez en letras en Lima, pero con el solo interés de seguir el curso de latín de un agustino erudito. Y en Europa frecuenté algunos cursos libremente, pero sin decidirme nunca a perder mi carácter extra-universitario y tal vez, si hasta anti-universitario. En 1925 la Federación de Estudiantes me propuso a la Universidad como catedrático en la materia de mi competencia; pero la mala voluntad del Rector y, seguramente, mi estado de salud, frustraron esta iniciativa." De la carta de fecha 10 de enero de 1927, enviada por José Carlos Mariátegui al escritor Enrique Espinoza (Samuel Glusberg), director de la revista La Vida Literaria, editada en Buenos Aires