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La noche de la promesa los rayos mordían los cimientos de casa, el cielo era un relámpago, el aire un trueno. Iba padre del postigo al fuego a prender un cigarro con manos sin fe y las ascuas temblaban en sus tentes; al volver del fuego al postigo yo veía que no era del fuego al postigo, sino a un estar a la vez dentro y fuera en un sinsabor de miedo. Si entreabría la hoja nos cegaba el relámpago y el trueno retumbaba en los cristales como llamada urgente. De madrugada un relámpago nuevo barrió de luz la ventana y padre pegó la espalda al muro. Quise compartirle el latido pero rehuyó mirarme.…mehr

Produktbeschreibung
La noche de la promesa los rayos mordían los cimientos de casa, el cielo era un relámpago, el aire un trueno. Iba padre del postigo al fuego a prender un cigarro con manos sin fe y las ascuas temblaban en sus tentes; al volver del fuego al postigo yo veía que no era del fuego al postigo, sino a un estar a la vez dentro y fuera en un sinsabor de miedo. Si entreabría la hoja nos cegaba el relámpago y el trueno retumbaba en los cristales como llamada urgente. De madrugada un relámpago nuevo barrió de luz la ventana y padre pegó la espalda al muro. Quise compartirle el latido pero rehuyó mirarme. La luz quedó quieta y el trueno golpeó la puerta: ¡Abre, que estamos chopas de la puta lluvia!. Siete hombre de uniforme de trueno con siete bocas de trueno penetraron nuestra hondura para sacar a padre del revuelo de tu falda y de tu llanto, madre, como si la muerte pariera: Anda, vamos a dar un paseo en el coche de línea para que te diviertas. Eso le dijeron. Pero no era el coche de línea, sino el gris chaparro que olía a muerte. Por el vaho de la ventanilla nos vio abrazados en el umbral y quido decirnos ¡qué?, al tiempo que le brillaron los ojos para nunca brillar más. Caíste sobre mí, madre, yo una astilla endeble bajo tu monte de pena, mientras de la negrura brotaban otras voces, otros relámpagos, otros truenos. Cuando la ronquera del motor se hizo linde y nos dejó con la violencia del agua, el silencio y la rabia prendieron para siempre en este desierto....