Se trata de una reflexión acerca de la película El Club de la Pelea desde la filosofía de Kierkegaard. Para Kierkegaard la culpa antigua es transparente. Edipo reconoce su falta y la acepta, se reconoce como culpable y siente pena. El drama moderno se caracteriza por la subjetividad y la reflexión; en ella el héroe trágico no padece, sino que es gracias a un acto plenamente singular que se hará culpable. Cuando Jack y Tyler se descubran como seres escindidos, como seres dobles, la angustia y la desesperación los obligarán a efectuar el salto mortal al vacío y elegir entre: o lo uno o lo otro, Jack o Tyler, entre el estadio estético o ético-religioso. La escisión hace evidente no solamente que somos seres dobles, sino que además muestra que la Nada es la que nos sostiene, al estar parados sobre el abismo.