El Club de Roma
El think tank del Nuevo Orden Mundial
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Para empezar a entender los acontecimientos mundiales, es necesario que nos demos cuenta de que los numerosos acontecimientos trágicos y explosivos del siglo XX no se produjeron por sí solos, sino que fueron planificados según un patrón bien establecido. ¿Quiénes fueron los planificadores y creadores de estos grandes acontecimientos? Los creadores de estas convulsiones, a menudo violentas y revolucionarias, pertenecen en su mayoría a sociedades secretas que infestan nuestro mundo, como siempre lo han hecho. La mayoría de las veces, estas sociedades secretas se basan en el ocultismo y l...
Para empezar a entender los acontecimientos mundiales, es necesario que nos demos cuenta de que los numerosos acontecimientos trágicos y explosivos del siglo XX no se produjeron por sí solos, sino que fueron planificados según un patrón bien establecido. ¿Quiénes fueron los planificadores y creadores de estos grandes acontecimientos? Los creadores de estas convulsiones, a menudo violentas y revolucionarias, pertenecen en su mayoría a sociedades secretas que infestan nuestro mundo, como siempre lo han hecho. La mayoría de las veces, estas sociedades secretas se basan en el ocultismo y las prácticas iniciáticas, pero como todas las sociedades secretas que conforman los gobiernos secretos, están controladas por el Comité de los 300. Los desinformados, que creen que el culto al diablo, los demonios y la brujería han desaparecido de la sociedad moderna, están mal informados. En la actualidad, las sociedades secretas basadas en el ocultismo, así como el luciferismo, la magia negra y el vudú, florecen y parecen estar mucho más extendidas de lo que se pensaba en un principio. La tolerancia de estas sociedades secretas entre nosotros, muchos de cuyos líderes se hacen pasar por cristianos, junto con nuestra actitud permisiva hacia estas organizaciones y sus líderes, es la causa de nuestros problemas, tanto nacionales como internacionales. Todos los problemas, todas las revoluciones y todas las guerras pueden atribuirse inevitablemente a una u otra o a una combinación de varias sociedades secretas.
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