El comercio electrónico y su tributación es un asunto de gran interés actualmente, puesto que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han dado lugar a una nueva manera de realizar las transacciones comerciales electrónicas. Las mismas ponen de manifiesto una capacidad económica determinada, por tanto, a priori, las mismas han de estar sujetas a gravamen, al igual que las operaciones comerciales tradicionales. Si bien, la cuestión radica en determinar la forma más adecuada para ello, de forma que se respeten los principios básicos de tributación.