A juicio de los autores, a la formación del concepto científico debe anteceder inexorablemente la construcción del concepto empírico o preconcepto, constituyéndose este en fuente necesaria del segundo. En esta oportunidad, se describen cada una de las características presentes en el preconcepto y que podrían dar al traste con el tratamiento metodológico a aplicar como premisa para la dirección del aprendizaje del concepto teórico. Asimismo, se ha considerado, como parte sine qua non de esta obra, la problemática de los mapas conceptuales que incuestionablemente se hayan presentes en todo diseño curricular y que no han perdido vigencia alguna en los planes y programas de estudio de la educación superior. Así, los autores en franca oposición con la concepción mapal aplicada a la organización del conocimiento, argumentan el por qué de su inconsistencia lógica y psicológica y, en consecuencia, proponen una concepción piramidal, ahora no solo para la organización de los conceptos, sino también de las habilidades que imprescindiblemente permiten producirlos.