Este libro es un pequeño tratado de Cristología, desde la experiencia personal, como siempre ha sido toda cristología posible, como son prueba de ellos los mismos Evangelios en su manera individual y en su conjunto. Porque cada respuesta a la pregunta de Cristo de ¿Quién dice la gente que soy yo? (cfr. Lc. 9-18-21), exige una respuesta, igualmente, individual. Pues puede responderse que tal vez sea un profeta más, o puede repetirse la respuesta del colectivo, como respondieron los mismos apóstoles, con la experiencia de un tercero al decir que algunos dicen Pero la respuesta es individual y personal, como señala el mismo evangelista en la insistencia de Jesús, al reiterar y precisar que era para ellos la pregunta: "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Y después de la respuesta de Pedro, de inmediato, aparece el tema de que tiene que padecer mucho y ser entregado y morir (cfr. Lc. 9, 22; Mt. 16,21; Mc. 8,31). Porque la respuesta de Pedro, como elaboración comprendida por el pueblo como su autor originario (cfr. J. Ratzinger, Jesús de Nazaret), no olvida que esa respuesta implica la cruz donde Jesús tiene que colgar para la Salvación.