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El Cuentacuentos - Minghella, A.
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Nueve sortilegios de óleo y de pelusas y de raso y de trapo relleno con guata nos llevó a las Antillas, allá por los ochenta y tantos, cierto viejo narigudo, el Cuentacuentos. Por espacio de nueve noches consecutivas, poco antes de la hora en que se nos obligaba a dormir, aparecía detrás de la pantalla del televisor, sentado en su butacón orejero junto a una inmensa chimenea entre cuyas fauces ardía un fuego azuloso; a sus pies, un perro gruñía... Entre los rescoldos, que atizaba él mismo con su voz, cabrioleaban princesas, gigantes, cuervos con torsos y rostros de fetos humanos, brujas de…mehr

Produktbeschreibung
Nueve sortilegios de óleo y de pelusas y de raso y de trapo relleno con guata nos llevó a las Antillas, allá por los ochenta y tantos, cierto viejo narigudo, el Cuentacuentos. Por espacio de nueve noches consecutivas, poco antes de la hora en que se nos obligaba a dormir, aparecía detrás de la pantalla del televisor, sentado en su butacón orejero junto a una inmensa chimenea entre cuyas fauces ardía un fuego azuloso; a sus pies, un perro gruñía... Entre los rescoldos, que atizaba él mismo con su voz, cabrioleaban princesas, gigantes, cuervos con torsos y rostros de fetos humanos, brujas de huecas miradas, una criaturilla mitad niño, mitad erizo, ¡y hasta la Muerte, que también venía a brincar entre rescoldos!... Aquí Peste a Tinta nos los trae a todos de nuevas maneras desvelados, a las mismas niñas fantasmales de la laguna, al mismo torso del mal cristiano segado a la mitad, al mismo soldado que silbaba con chiflo de rubí; el morral de este soldado, el violinista y los setenta y dos demonios juerguistas son también los mismos... devueltos por el recuerdo. Por recomendación de la sombra del gato que lee, en este volumen hemos escondido nueve claves secretas. A través de cierto rompecabezas que a lo largo de la lectura el más atrevido tendrá que aparejar, se accede a nueve acertijos que, a su vez, descubren en qué parajes del mundo han sido escondidas nueve llaves. Cada una de estas llaves abre uno de nueve cofrecillos. En cada uno de estos hay un prodigio de incalculable valor, que conducirá a todo noble aventurero que no se impaciente en su viaje a través de las letras a una felicidad sin parangón.