Esta investigación es una reflexión que nace a partir de la función de los reflejos en el sujeto de la actualidad (espejo, video, fotografía, el otro) pues lo ponen frente a su propia imagen que es percibida a la vez, por los otros. A partir de ese momento, el sujeto se ve atrapado en su imagen y entra en juego la representación del mismo. Es a partir del performance, es decir, la vida cotidiana como una puesta en escena que el individuo logra insertarse en el engranaje social, empieza a usar su rostro y el resto de su cuerpo como máscara y disfraz, ante las circunstancias que se le presenten, para lograr alcanzar el ideal de yo, que le permita entrar a algún grupo de pertenencia. Pero ¿qué pasa, cuando el performance no basta?, el sujeto empieza a cambiar el exterior de su cuerpo para poder lograr ese ideal de imagen corporal que habita en su mente, desde el maquillaje hasta la cirugía cosmética. La búsqueda del hombre según Freud, en "El malestar de la cultura", es la felicidad, la cual aparece a través de la cirugía plástica como un posible, porque "engaña a la muerte", " a nuestra propia naturaleza" y puede brindar "la aprobación del otro", aunque esa felicidad, sea ficción.