La implantación de sistemas de calidad, ambiente y SSO, aportan gran número de beneficios a las compañías que apuestan por esta estrategia. No sólo reducen sus costos de manera razonable, sino que además incrementan sus ingresos gracias al mayor grado de satisfacción de sus clientes y en una mejora de la motivación de sus empleados. La base del éxito del proceso de mejoramiento es el establecimiento adecuado de una buena política de calidad y del ambiente, que pueda definir con precisión lo esperado por los empleados; así como también de los productos o servicios que sean brindados a los clientes. Dicha política requiere del compromiso de todos los componentes de la organización y la constancia (mejora continua).