El desarrollo científico, tecnológico, de la información, el transporte, las comunicaciones, los desplazamientos migratorios, el comercio, la diversificación de los productos y servicios y, la globalización, han incidido en la proliferación de la contratación a escala internacional. Los contratos de consumo no quedan excluidos de esta posibilidad. El tema objeto de la presente obra es de irrefutable actualidad e importancia si se tiene en cuenta, que la protección del consumidor internacional es una temática que centra en todo el mundo la preocupación de juristas, economistas, políticos, ciudadanos y empresarios. Lo anterior se debe a la situación de vulnerabilidad en la que se sitúa este sujeto cuando consume internacionalmente, ya sea de forma activa o pasiva, como consecuencia de la internacionalización de la contratación de consumo. Por tales razones, el Derecho ha ido adoptando diferentes formas para la tutela jurídica del destinatario final de bienes y servicios, una de ellas ha sido la determinación del régimen de derecho aplicable al contrato internacional de consumo que resulte más favorable para el consumidor.