Es esencial reconocer que el camino hacia la igualdad de las mujeres ha sido largo y ha estado sembrado de obstáculos. De la igualdad abstracta, proclamada en leyes y discursos oficiales, a la igualdad de género, concreta en hechos y mentalidades, aún queda mucho camino por recorrer. Al principio, el concepto de igualdad en el derecho de la mujer era abstracto. Se basaba en principios generales de no discriminación sin tener en cuenta las diferencias de género. Con el tiempo, se ha producido una evolución hacia una concepción más sexista de la igualdad. Esto significa tener en cuenta las especificidades vinculadas al género en la aplicación de los principios de igualdad. La igualdad de género significa reconocer las diferencias y desigualdades concretas que experimentan las mujeres y los hombres. Esto se traduce en medidas y políticas destinadas a corregir las desigualdades de género existentes.
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