En el año 2002 la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, comenzó a aplicar una currícula centrada en el aprendizaje basado en problemas lo que llevó a una redefinición de los roles docentes: aparecieron los docentes tutores y los docentes expertos. Una de las funciones de los expertos, desde la implementación, fue llevar adelante la consulta de expertos, único momento para el contacto directo entre estos docentes y los estudiantes por fuera del examen, verdadero desafío dentro de un marco en la que había sido escasamente definida y caracterizada tanto por la bibliografía en general como en la particular de la institución. Escudriñar la relación docente/estudiante en la mencionada consulta permite un acercamiento a la realidad particular de esta situación de aula, aprendiendo tanto de las vivencias de docentes como de las de los estudiantes. Interiorizarse sobre este aspecto podría ser una ayuda para que los docentes que aplican aprendizaje basado en problemas a nivel universitario, encuentren entre sus páginas las maneras y/o estrategias para mejorar y potenciar el contacto experto/estudiante.