Esta obra está dedicada a las personas que han sufrido y a las que sufren. Y del dolor se sale. Cuando deja de ser sordo, invisible y mudo para darle lugar y reconocimiento social; este reconocimiento es necesario para que las personas que sufren se sientan dignas. Importancia de no rendirse nunca al miedo, al terror, al sufrimiento y a la rabia que sientes cuando te enfrentas a una relación de abuso, y a una enfermedad tan dura como el cáncer. La escritura, así como la verbalización del daño sufrido por Helen en el presente, es una forma de aceptación del dolor mental, una forma de validación de la experiencia en el cuerpo, con una cicatriz que condensa el recuerdo del daño sufrido, pero también la posibilidad renovada de autenticidad. Es una "oda" al coraje; es un coraje que se contagia, el coraje que atraviesa el miedo y el dolor... el de verdad. Donna Orange dice que "toda paciente abusada y toda paciente con cáncer necesita un analista que pueda escuchar lo que esta autora escucha: dolor, historia, ira, duelo y la posibilidad de coraje. Este texto es un regalo para todo terapeuta y para cada persona que sufre.".