Toda persona, sin distinción de condición social, económica, política, religiosa y cultural, ha podido experimentar durante su vida una "relación de ayuda", ya sea informal o formalmente: una madre que da de comer a su hijo, el apoyo de la familia o un amigo, el profesor que enseña a sus estudiantes, el jefe que orienta a sus empleados, el consultor externo que ayuda a mejorar la operatividad de los miembros de una organización, el médico que atiende a su paciente, el sacerdote que aconseja a sus feligreses (Cf. Edgar SCHEIN). Este tipo de experiencia nos ayuda a reconocer que una buena relación de ayuda muchas veces resulta fundamental para llevar a buen término los proyectos personales o grupales a los que nos enfrentamos cotidianamente. Es algo que experimentamos de modo vivencial, pero de lo que pocas veces tomamos conciencia profunda. Una conciencia que vale la pena promover, pues las ayudas son parte esencial de nuestra vida. Con este trabajo, y siguiendo la propuesta de dos autores (Schein y Gregory), se quiere profundizar en el rol asesor que debería asumir todo Departamento de Comunicaciones y, más específicamente, en saber como llevar a cabo esta tarea consultora.