El consumo de fármacos es muy común entre personas mayores y tiende a aumentar con la edad. La práctica regular de actividad física mejora la capacidad funcional, reduce el riesgo de muy diversas enfermedades que aparecen con el paso de los años y ayuda a controlar y mejora la sintomatología producida por patologías muy prevalentes en las edades avanzadas. A todos estos beneficios físicos, la práctica de ejercicio físico, añade beneficios en el área psicológica y social, convirtiéndose en una inmejorable herramienta de prevención de la dependencia y de la exclusión social. Todos estos beneficios se reflejan, a nivel económico, en una reducción del gasto sanitario. En el presente trabajo se analiza le evolución del consumo de fármacos de personas que realizaron un programa regular de actividad física durante cuatro años, comparadas con un grupo control. De los resultados de esta investigación se puede concluir, que la práctica regular de ejercicio físico, ayuda a frenar el incremento del consumo de fármacos que se produce, con el pasar de los años, en las personas mayores. Este trabajo de tesis fue premiado, por el Instituto Andaluz del Deporte en 2007.