El ECG es parte integrante de la exploración física de los pacientes cardiológicos. El personal de enfermería debe ser competente en la realización e interpretación de los trazados más graves y frecuentes. Nuestro estudio es una encuesta descriptiva multicéntrica prospectiva realizada en 3 departamentos de cardiología del Gran Túnez, que incluyó a 40 enfermeras, con el objetivo de evaluar su conocimiento de las normas para realizar ECG e interpretar los trazados más frecuentes y graves. Los resultados mostraron que, en la práctica, eran incompetentes para realizar un ECG, sobre todo en lo que se refiere a la calibración. Ninguna anomalía del ECG fue perfectamente detectada por los enfermeros (97,5%, 75% y 60% entre respuestas incompletas e incorrectas para bradicardia, fibrilación auricular, taquicardia ventricular y fibrilación ventricular, respectivamente). Las enfermeras deben autoformarse periódicamente, y es necesario un desarrollo profesional continuo para optimizar sus conocimientos.
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