La enseñanza moderna de masas se consolidó definitivamente en el siglo XIX. Los viejos sistemas de instrucción estaban desprestigiados. En este contexto, el sistema de enseñanza mutua, sistematizando la idea de que unos niños instruyeran a otros, emergió en Inglaterra hacia el 1800. La promesa de una enseñanza racional, barata y eficaz motivó a grupos influyentes en los cinco continentes a adoptar esta forma de organización escolar. Enfrentados al desafío común de escolarizar a un gran número de niños, educadores alemanes y españoles adoptaron la enseñanza mutua con diversa suerte. La historia comparada de la importación y transformación de este sistema muestra la existencia y efectividad de culturas diferenciadas de la enseñanza en la época de institucionalización de la escuela-mundo.