El reconocimiento de sí mismo es muchas veces una ilusión. Una ilusión incómoda. El espejo es la metáfora por medio de la cual se imagina en clave cultural el ascenso a un mayor grado de reconocimiento de sí: diferenciar entre el reflejo y la entidad reflejada. Un espejo fragmentado ¿diversifica los reflejos de modo caótico o constituye un referente más fiel a la diversidad implícita de las entidades que refleja?