El trabajo infantil denunciado en el año 1920 puede servirnos de analizador para comprender al Estado en el sistema capitalista y su doble discurso, a partir del seguimiento de la Ley de Trabajo de mujeres y menores desde 1908. La dupla mujer-niño asimilada en el sistema capitalista para valorizar el capital, fueron objeto de denuncias, así como de propuestas resistidas por la patronal en alianza con la clase dirigente. La resistencia a la opresión de las mujeres tuvo eco en las propuestas legislativas por el sufragio y la emancipación legal, aunque encontraron obstáculos en los sectores conservadores y católicos. El debate sobre la legislación puso en evidencia los intereses contrapuestos de los representantes de la patronal y el de los intereses de los obreros/as. Igualmente sucedió con su instrumentación.