La investigación indaga en la genealogía de la integración educacional: la culpa. Tiene como expresión ética hacer al hombre más humano . Existe una tensión permanente que hace de la integración educacional un tema dinámico, de resolución nunca acabada y de atención permanente. La función social de la culpa y sus expresiones de catarsis se manifiestan, como drama moderno, en la tragedia del excedente y en una identidad del sujeto. Esta función incide directamente en la promesa de igualdad que hace la sociedad y la escuela; la promesa nunca será cumplida, pero siempre estará vigente, porque separa la necesidad de integración de todos sus miembros de la distribución de los bienes del sistema de producción de mercancías.