Los famosos se han convertido en un recurso imaginario para el público que los admira. En medio de las dificultades y los triunfos de la vida, los fans acuden a ellos en busca de consuelo o inspiración, que a menudo no encuentran en su entorno. La relación entre fan e ídolo se construye sobre un punto paradójico: la distancia. En este punto, la aparición de Internet ha beneficiado las nuevas formas de producir y difundir mensajes, así como la comunicación y las relaciones entre públicos. Lanzada en 1998 con la exitosa canción ...Baby One More Time, la cantante estadounidense Britney Spears es un ejemplo de alguien que ha seguido de cerca el despertar de internet. Su creciente éxito y atractivo ha dado lugar a la creación de miles de páginas, blogs y comunidades a lo largo de las dos últimas décadas, todos con el mismo objetivo: reunir y organizar al fandom. A partir de ahora, los fans llaman la atención por desempeñar un papel más complejo, en la medida en que representan una comunidad que también produce parte de lo que consume.
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