Se declara la Emergencia Climática Planetaria y a los fines de poder económicamente enfrentar la misma se aplica una tasa del 0,5% sobre todo el sistema financiero, funcionando la misma a modo de impuesto nacional e internacional. Asimismo se ordena el aporte del 5% del beneficio neto de las multinacionales, junto con un 8% de impuesto sobre los hidrocarburos, todo lo cual va destinado a reunir fondos equivalentes a 2 billones de dólares por año (equivalentes al 2% del PIB mundial anual), que estarán destinados a plantar 30 mil millones de nuevos árboles por año, para capturar CO2 y enterrar luego sus troncos en el subsuelo, reemplazar el modelo de vehículos a hidrocarburos, atender tragedias medio ambientales, socorrer a poblaciones con hambre y desnutrición, así como financiar programas de planificación familiar planetaria para detener la bomba de la superpoblación.