Emilio, un adolescente obligado a trabajar por las mañanas como aprendiz de mecánico y a estudiar por las tardes en una academia, vive esos años decisivos como "un laberinto de instantes, de promesas" en sus encuentros con los tipos a los que su madre alquila una habitación. Pero, un día, aparece su primo Raimundo, que vuelve de París y le cuenta sus éxitos como guitarrista de flamenco.