Un muerto, un moño, quince grados bajo cero y una capa de nieve que llega hasta las rodillas. Un helicóptero, unos copos de nieve, otra muerte más y una escalera. La Sevillana derramó una lágrima ante el dolor de ser la única superviviente de ese autobús, de esa montaña y también de esa tormenta. Ella volvió a alzar su barbilla y su mirada. La escalera que estaba colgando de la puerta del helicóptero estaba lentamente subiendo de altitud. ¿Conseguirá la Sevillana subirse en la escalera que estaba colgada del helicóptero para no morir congelada?