"Conócete a ti mismo", esta interpelación de más de 25 siglos no ha terminado de enfrentarnos a la ignorancia que tenemos de nosotros mismos. Sin embargo, y a diferencia de los Antiguos, sabemos más o menos bien hacia dónde inclinar la racionalidad para buscar y esperar encontrar más ciencia sobre los Homosapiens que somos nosotros mismos. En efecto, este lugar, o mejor este órgano, donde debemos mirar para conocernos a nosotros mismos, es el cerebro, es decir esta estructura neurocerebral cuya función fue subestimada por los Antiguos. Homosapiens es su cerebro; de hecho, no tiene un cerebro; más bien, es el cerebro que es el que tiene un cuerpo. El quid/qué de lo que somos obtiene su respuesta más creíble en la materialidad biótica que fundamenta y estructura el cerebro. Por lo tanto, mostrar el hecho de que decir un homospio o un cerebro es de hecho decir lo mismo es el propósito de esta racionalización.
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