Esta obra es un estudio comparativo que indaga los niveles de influencia que tuvieron los emperadores Antoninos en el accionar político del emperador Septimio Severo. El autor construye una visión panorámica del imperio en los siglos I y II rescatando la idea del Estado romano, el que se sustenta en una trilogía del poder compuesta por el Emperador-Senado y Ejército que ejercen el mando, realidad político-ideológica que el emperador Septimio Severo replica con parámetros similares a sus antecesores Antoninos particularmente en la Política exterior del imperio. Asimismo, el ejercicio del poder por parte de los emperadores permite preguntarse ¿cómo Roma estableció límites y fronteras?, la respuesta a esta interrogante el autor la entrega considerando cuatro factores esenciales: la geopolítica, los factores humanos y culturales, el factor ideológico que propician los emperadores y el rol que juega la propaganda imperial en la construcción de la imagen del emperador. Finalmente, presenta un análisis comparativo del funcionamiento de las relaciones internacionales del mundo contemporáneo con la construcción del orbe romano como espacio natural en la antigüedad romana.