En la actualidad se observa que los valores de antaño como la solidaridad, la tolerancia, el sentido de vecindad, el respeto, el trabajo comunitario, en sí la integración social que fue la base del bienestar de nuestra comunidad se ha ido reemplazando por el individualismo, el egoísmo y la competitividad extrema propios de un capitalismo feroz, de una globalización impuesta. La educación no parece escapar a esta voraz acometida, es por ello que se decide introducir los juegos cooperativos dando un giro de la competitividad y premio a las habilidades individuales presentes en la mayoría de los deportes a una formación integral, con habilidades prosociales, de tolerancia, solidaridad, colaboración¿ necesarios también para ser fructíferos en la sociedad, convivir en ella y continuar asimilando las situaciones de la mejor forma a lo largo de la vida. La investigación tiene sus bases en la observación de si estos juegos cooperativos pueden trascender en las relaciones interpersonales de los niños, su convivencia tanto escolar como social. Tan sólo es la puerta de entrada para quien desee ampliar, enriquecer y por qué no, colocar en práctica este recurso pedagógico.